En lugar de llorar, sonríe, en lugar de preocuparte, alaba a Dios, en lugar de quejarte, agradece, en lugar de enojarte, adóralo y entonces todo tu panorama cambiara y tu misma fe y confianza en Dios hará que Él mueva su mano poderosa a tu favor. – Fotografía de Fondo hecha por Enrique Monterroza